Lipectomía en cinturón

La cirugía elimina los excesos de piel en el abdomen y espalda, incluyendo el los laterales del torso.

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Lipectomía en cinturón

Este es un procedimiento que se realiza con el fin de retirar el exceso exagerado y circunferencial de piel y grasa corporal en el abdomen, flancos y parte inferior de la espalda que se han producido por pérdida de peso, obesidad o embarazos múltiples. Estas situaciones no pueden resolverse con una simple abdominoplastia porque en estos casos están comprometidos el vientre, las caderas, la parte baja de la espalda, las nalgas y los muslos.

Es un procedimiento parecido al lifting facial, pero del tronco. También recibe los nombres de torsoplatía, torsoplastía circunferencial, lifting corporal y lipectomía circunferencial.

Sobre los pacientes

Las pérdidas significativas de peso se deben esencialmente a cambios en los hábitos de vida (ejercicios, dieta) o a una cirugía de pérdida de peso (entre 30 y 100 kilos), trayendo como consecuencia grados variables de colgamiento de tejidos en distintas partes del cuerpo, lo que provoca un deterioro de la armonía corporal.

En este tipo de pacientes, la abdominoplastía simple solo produce mejoras en el abdomen, dejando pendiente las deformidades producidas en la espalda, cadera y nalgas. Muchos de estos pacientes requieren, además de la lipectomía en cinturón, cirugía en brazos, interior de los muslos, mamas y espalda.

Según la cantidad de peso perdido, estos pacientes pueden dividirse en dos grupos:

  1. Los pacientes que han perdido importantes cantidades de peso sin llegar al ideal. Con el lifting corporal estos pacientes consiguen una buena mejoría, pero el resultado final no es el de un contorno corporal ideal.
  2. Pacientes que luego de perder peso han conseguido el ideal. El lifting corporal les otorga a estos pacientes el contorno corporal ideal.

No son buenos candidatos para una lipectomía en cinturón aquellos pacientes con obesidad mórbida, porque luego del procedimiento no mejorará su contorno ni solucionarán su problema de sobrepeso. Tampoco aquellos con problemas médicos a quienes puede afectar la anestesia. Los fumadores con deterioro del riego sanguíneo y baja saturación de oxígeno también están descartados para este tipo de cirugía.

Riesgos y complicaciones

Toda operación quirúrgica implica una serie de riesgos y complicaciones, las mismas que son susceptibles de ser aplacadas con un debido cuidado.

El sangrado tras la operación puede causar edemas, estos pueden ser atenuados con la colocación de drenajes que se mantienen de dos a tres días para evacuar la sangre de la herida.

Es posible que un pequeño porcentaje de pacientes pueda presentar infección. Puede ocurrir en cualquier momento, pero es más probable durante la primera semana tras la operación.

Hay riesgo de abertura de las heridas, por lo que hay que tener cuidado con los movimientos corporales bruscos durante las dos primeras semanas posteriores.

Se han reportado casos de pérdida de sensibilidad en la piel cerca de las zonas de las incisiones, aunque este malestar puede ir disminuyendo con el tiempo.

Hay ocasiones en que las cicatrices no son tan discretas como al paciente le gustaría, esto depende de factores personales y de la ubicación de las marcas.

Evaluación del paciente

En la consulta inicial es habitual evaluar el estado de salud del paciente y explicarle las técnicas quirúrgicas más apropiadas para su caso en particular, ello basado en la firmeza de la piel y las condiciones de su cuerpo.

Si el paciente se encuentra en la posibilidad de perder más peso, es recomendable postergar la intervención hasta que se consiga la máxima disminución.

El paciente deberá informar al médico cuáles son sus expectativas con respecto a la operación y el cirujano le explicará las alternativas, ventajas, riesgos y limitaciones del procedimiento de manera honesta. Del mismo modo, el interesado contestará preguntas acerca de sus hábitos alimenticios así como sobre el consumo de tabaco, medicamentos, vitaminas y drogas.

Preparación del paciente

Al paciente se le brindará instrucciones acerca de cómo debe prepararse para la intervención, sobre el tiempo de ayuno prudencial, la medicación que debe evitar, la administración de antibióticos y otros medicamentos que eviten contratiempos durante la operación.

El día de la intervención es necesario que el paciente sea acompañado de un adulto responsable que lo ayude a recuperarse luego de la salida del quirófano.

El procedimiento

La operación deberá ser realizada en el quirófano de un hospital y usando anestesia general que es la más apropiada en estos casos para brindar mayor seguridad.

Según la elección de cada cirujano, puede realizarse primero la dermolipectomía abdominal, colocando al paciente boca arriba y luego trabajar la región posterior del tronco, con el paciente boca abajo, removiendo los excesos de piel y grasa. Algunos pacientes requieren liposucción en el área externa de los muslos.

La eliminación de los tejidos en la región posterior tiene un efecto lifting de los glúteos y costados del tronco, mejorando su aspecto general.

Proceso de recuperación

Luego de la intervención quirúrgica, los pacientes deben permanecer entre 2 a 3 días en el hospital con el fin de controlar el dolor y la vigilancia de los drenajes. El paciente debe permanecer en reposo absoluto durante la primera noche y recién levantarse y caminar a partir del día siguiente, pero deberá hacerlo de manera encorvada hasta que pueda erguirse completamente sin molestias.

Al cabo de una semana, el paciente podrá hacer una vida normal, pero sin excesos, cualquier molestia durante estos primero días, será tratada con medicación. Lo común es que a las cuatro semanas, las personas ya vuelvan de realizar su vida con total normalidad.

Resultados

Una cirugía satisfactoria mostrará una notable mejoría en el aspecto del tronco, con un abdomen plano, una cintura mejor definida y caderas menos prominentes. Los rollos de la espalda se alisan y las nalgas quedan más pequeñas, levantadas y con mejor forma.