Cirugía de lesiones malignas de la piel

Luego de una lesión en la piel producto de carcinoma o melanoma es necesaria una cirugía reconstructiva.

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Cirugia de lesiones malignas de la piel

Los tumores cutáneos como el melanoma o el carcinoma espinocelular, son lesiones malignas que afectan a la piel. En ambos casos se hace necesario el tratamiento quirúrgico y la posterior reconstrucción de la zona afectada a cargo de un cirujano plástico para minimizar las secuelas estéticas de la intervención. El amplio abanico de técnicas quirúrgicas reconstructivas implica que el paciente se asesore adecuadamente para optar por el que más conviene en su caso particular.

Los síntomas más comunes cuando aparece una lesión maligna sobre la piel son el cambio de color de la zona afectada, picazón y enrojecimiento.

La consulta

La primera consulta con el médico siempre será una entrevista en profundidad. La finalidad del doctor en esta etapa es conocer al detalle los antecedentes del paciente, tanto médicos como quirúrgicos, alergias, estilo de vida. Todo ello enfocado a elaborar un tratamiento riguroso en cada caso.

Tras la entrevista, el médico procede al examen físico en el cual analizará el estado y situación de la lesión, proyectándose también a la cirugía de reconstrucción de la zona afectada. Cuando el doctor tenga estos detalles a la mano, podrá explicar al paciente, lo más honestamente posible, sobre los tratamientos disponibles para combatir su mal y cuál de ellos se acomoda mejor a su caso.

En esta etapa, el médico le informa al paciente sobre los riesgos y limitaciones de la operación, así como las expectativas reales que tiene sobre la operación de reconstrucción y las confronta con las del paciente.

Al término de la consulta, lo ideal es que el paciente ya no tenga duda alguna sobre el procedimiento al cual se someterá

El preoperatorio

La extirpación de tumores cutáneos y la posterior reconstrucción, requieren un serio estudio preoperatorio que implica el conocimiento del estado general del paciente. En este punto, es el propio anestesista quien hace una valoración preoperatoria completa con el fin de minimizar los riesgos de la operación. El día de la intervención es necesario que el paciente se presente en ayunas.

La intervención

Una intervención quirúrgica es un procedimiento serio donde nada se puede dejar al azar, en ese sentido, lo más recomendable es que esta se lleve a cabo en el quirófano de un hospital, donde el cirujano tenga a la mano las herramientas necesarias y un banco de sangre en caso se presente alguna complicación.

En el caso de tumores cutáneos, para la cirugía se requiere anestesia local, solo en casos específicos se recurre a la anestesia general. Por lo general, el procedimiento tiene una duración entre 15 minutos y una hora aproximadamente.

Luego de la operación y según sea el caso, el paciente podrá irse a descansar a su casa o pasar una noche en el hospital, guardando el reposo indicado por el médico.

El postoperatorio

Una vez culminada la intervención, el doctor le dará al paciente todas las indicaciones precisas, para que la etapa postoperatoria no le genere inconvenientes.

Lo más normal es sentir dolor o cansancio durante los primeros días, por ello es recomendable acatar las indicaciones médicas destinadas a aminorar esos malestares.

El paciente deberá volver a los pocos días para que el médico pueda evaluar la evolución de la cicatrización y dar algunas recomendaciones. También en esta etapa resulta oportuno que el paciente haga todas las preguntas posibles para facilitar su recuperación.

A los tres o cuatro días, el paciente podrá volver a su trabajo, pero evitando siempre esforzarse demasiado o cargar peso excesivo al menos durante un mes.

A las dos semanas de la operación, recién el médico podrá quitarle los puntos al paciente y ya para entonces es muy probable que estén listos los resultados de los estudios del tumor extirpado. Ello también ayudará a elaborar una guía y estrategia de futuras evaluaciones que permitirán controlar mejor la patología.