Cirugía de lesiones benignas de la piel

Quistes, lipomas o fribromas son las principales causas de las cirugías dermatológicas para remover lesiones benignas.

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lesiones benignas de la piel

Existe una infinidad de lesiones benignas sobre la piel, como por ejemplo, fibromas, quistes sebáceos, lipomas, etc., los cuales, dependiendo de su ubicación, pueden llegar a ser molestos o antiestéticos.

Aunque es imposible quitarlas sin dejar cicatriz alguna, una estudiada ubicación de las incisiones y un cuidado especial en la ejecución de la sutura, conllevarán a mejores resultados estéticos.

La planificación

El éxito de una intervención quirúrgica depende mucho de la sinceridad del paciente. Antes de la intervención, el médico hará preguntas sobre la salud y el estilo de vida de la persona interesada y deseará conocer aspectos como:

  • Por qué quiere hacerse la cirugía, cuáles son sus expectativas y qué resultados espera obtener.
  • Afecciones y alergias a medicamentos.
  • Si consume actualmente alguna medicina, vitamina, drogas o alcohol.
  • Cirugías anteriores.

Resueltas estas interrogantes, el médico procederá a:

  • Realizar una evaluación de la lesión.
  • Tomar fotografías para la historia clínica.
  • Discutir opciones de tratamiento.
  • Explicar los riesgos y complicaciones potenciales.
  • Solicitar al paciente que firme un formulario de consentimiento.

Durante el proceso es pertinente que el paciente haga todas las preguntas necesarias para descartar dudas y temores, y de esta manera, disminuir el nivel de ansiedad que es natural en cualquier persona que va a entrar a un quirófano.

Procedimiento

Normalmente, este tipo de lesiones se extirpan a través de un procedimiento ambulatorio en quirófano con anestesia local.

Dependiendo de la sospecha diagnóstica, se procederá a extirpar la lesión con mayor o menor margen de piel en los bordes.

Las incisiones serán dispuestas de manera que posteriormente sean lo menos visibles posible.

En caso de que se requiera extirpar una porción de tejido grande, es probable que el cirujano se vea en la necesidad de mover la piel de los alrededores de la incisión (colgajo) o colocar un injerto cutáneo. Este injerto será extraído de una zona donante, la cual será después cerrada con una sutura.

Si existe alguna duda sobre el diagnóstico del tejido extraído, se mandará a realizar el análisis respectivo (biopsia).

Dependiendo del tipo y localización de las suturas, estas podrán retirarse en una o dos semanas.

Período de recuperación

Durante las primeras 24 a 48 horas es posible sentir inflamación, la cual puede aliviarse con medicación.

Lo normal es estar recuperado en uno o dos días, siendo capaces de volver al trabajo luego de ese tiempo; dependiendo de la localización de la sutura, sería recomendable no realizar actividades que puedan afectar a la cicatrización sino hasta varias semanas después.

Es posible que las cicatrices permanezcan enrojecidas durante algún tiempo, pero esto va desapareciendo paulatinamente, este proceso podría durar hasta un año.

Luego de la retirada de las suturas, es preciso colocar algún tipo de presión sobre la cicatriz, hidratarla y protegerla del sol por lo menos durante seis meses.

Riesgos

  • Hemorragias
  • Mala cicatrización de las heridas.
  • Apariencia insatisfactoria.
  • Alopecia en el lugar de la incisión.
  • Reaparición de la lesión.
  • Cambios en la sensibilidad de la piel.
  • Cirugía de revisión.

A pesar de todos los cuidados y precauciones, no todas las intervenciones quedan a gusto del paciente y no todas las lesiones son fáciles de erradicar, por lo que a veces se requiere más de una operación.