Mamoplastia de reducción

Intervención quirúrgica que se realiza para reducir el tamaño de las mamas, ya sea por causas físicas como dolores de espalda y cuello o psicológicas como complejo o baja autoestima.

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Mamoplastia de reducción

La mamoplastia de reducción o cirugía de reducción de mamas es una intervención quirúrgica que se realiza con el cometido de reducir el tamaño de las mamas, a través de la extracción de grasa, tejido glandular y piel.

Las causas que llevan a una paciente a someterse a una cirugía de este tipo, pueden ser de orden físico o psicológico. Sea como sea siempre es necesaria la consulta con un cirujano plástico especializado, que sabrá analizar el caso de forma individual y aconsejar lo que es mejor para cada mujer.

A qué mujeres está dirigida

Las candidatas son mujeres con mamas grandes, que debido a ello pueden padecer dolores crónicos de espalda y cervicales, neuralgia, erupciones cutáneas en la piel debajo de las mamas o les resulta difícil encontrar talle de corpiño. El cometido es lograr una armonía con el resto del cuerpo. Para ello, se realiza un estudio individualizado de cada caso, teniendo en cuenta las características personales de cada paciente como estatura y proporciones corporales.

Existen además mujeres jóvenes, que debido al tamaño de sus mamas se sienten acomplejadas, con baja autoestima, no se hallan en ese talle, les resulta difícil realizar actividad física y la mamoplastia de reducción es la solución para mejorar la autoconfianza.

A partir de qué edad se puede realizar

Lo ideal es después de los 18 años, una vez que el desarrollo corporal y óseo se ha completado.

Cómo es el procedimiento

Se realiza en un quirófano con anestesia general. La intervención tiene una duración, aproximada, de entre dos y cuatro horas. En general se realizan incisiones alrededor de la areola y a través de las mismas se extrae el exceso, de grasa, piel y tejido mamario. Posteriormente se posiciona el pezón y se redimensiona la areola según las necesidades de cada caso.

El alta se otorga, aproximadamente, en dos o tres días. La recuperación suele ser buena, en principio es normal sentirse algo cansada, pero en unas 24 a 48 horas ya se puede hacer una vida prácticamente normal. Con analgésicos se pueden controlar las molestias y dolores que pueden extenderse hasta por dos semanas.

Puede presentarse en los primeros días una reducción de la sensibilidad en la zona de los pezones que suele ser temporal.

Los puntos de la cirugía se quitan entre los 7 y 14 días posteriores a la misma. Y en general, en tres semanas se puede ya hacer vida totalmente normal y volver al trabajo. Con lo que hay que tener algunas precauciones, es con la actividad física, cuya intensidad debe limitarse durante algunas semanas y evitar las relaciones sexuales en los primeros 15 días.

La lactancia tras una mamoplastia de reducción

Un miedo muy presente entre las mujeres al momento de someterse a un procedimiento quirúrgico de reducción de mamas, es si van a poder amamantar a sus hijos posteriormente. Con esta intervención la capacidad de lactancia permanece intacta, así como tampoco se pierde sensibilidad en la zona.

Riesgos

Los riesgos de una mamoplastia de reducción son mínimos. Sin embargo, existen los mismos que en cualquier otro procedimiento:

  • Inflamación.
  • Infección.
  • Sangrado.
  • Reacción desfavorable a la anestesia.

Otros riesgos menos frecuentes pueden incluir:

  • Entumecimiento del pezón o pérdida definitiva de la sensibilidad.
  • Asimetría de las mamas.